La Partnerschaft cambió mi vida como
obispo
Debo confesar que los tres
años de párroco, antes de ser nombrado Obispo, tenía una partner parroquia. Me
parecía algo lejano y utópico. Las urgencias inmediatas y la carencia de una
auténtica espiritualidad de comunión hicieron que la Partnerschaft fuera algo irrelevante
en mi vida sacerdotal. Cuando me nombraron Arzobispo de Huancayo pude conocer
la realidad de la Partnerschaft. Me di cuenta que se había reducido a
solicitar, como el tullido, una limosna… y que, además, los responsables
formaban un grupo dentro de los grupos que había en la parroquia. Algo parecido
sucedía en las parroquias de Friburgo. Con buena voluntad ayudaban a mantener
esa dependencia asistencialista. Esta realidad me hizo despertar a la urgencia
de volver a las fuentes originarias de la Partnerschaft y me sorprendí que
volviera a entusiasmarme con la propuesta eclesial del Vaticano II y a
participar más activamente en el Consejo Nacional.
Sin embargo debo reconocer a
pesar de esta seria limitación, habían sacerdotes, religiosas y laicos que
pensaban más allá de sus propias fronteras, tanto de sus propias parroquias
como de su propio país, Alemania y Perú. Era notable la comunicación para poder
compartir alegrías y tristezas, angustias y esperanzas.
Ahora debemos profundizar en la
espiritualidad de comunión para hacer más sólida y fecunda la Partnerschaft
Perú – Friburgo.
En este tiempo del Jubileo
damos gracias a Dios por la larga historia que hemos vivido. Por los Obispos,
sacerdotes, religiosas y laicos que aportaron lo mejor de si mismos para la
continuidad de la Partnerschaft. Ahora nosotros pedimos al Señor que nos de la
valentía para avanzar en lo que Él mismo nos ha inspirado realizar juntos:
SOMOS IGLESIA, AL SERVICIO DE LA VIDA Y LA CREACIÓN.
Mons. Pedro Barreto
Arzobispo de Huancayo
Presidente del Consejo Nacional
de la
Partnerschaft Perú-Friburgo
Misa de vísperas en
Mannheim-Alemania
17 de mayo
del 2012